-Ya wey, ¿que tanto? Si habemos puros hombres
– dijo Beto mientras, decidido, bajaba sus pantalones y calzoncillos dejando al
descubierto su pene ya erecto. Yo, esperando que ese se convirtiera en un acto
generalizado, también decidí bajarme los pantalones y calzoncillos y comenzar a
masturbar mi pene que por cierto, estaba demasiado duro e hinchado.
-Jajaja ,bien we, se decidieron – comentó
Raúl.
Alex y Diego se miraron entendiendo de que
eran los únicos vergonzosos que continuaban vestidos.
-Ya we, saquémosle la ropa a estos cabrones –
dijo Beto apuntando al Diego y al Alex, mientras se paraba dispuesto a hacer lo
que había dicho.
-Sale we – dijo Raúl.
-Raúl también se paró y tomó Alejandro de las
piernas mientras Beto forcejeaba con él para poder bajarle los pantalones. Yo
observaba esto desde mi posición y debo confesar que era muy morboso el asunto.
Podía ver como dos weyes casi desnudos, con sus penes erectos, luchaban con
otro para poder quitarle la ropa permitiendo esto muchos roces entre sus
cuerpos en incluso, que se tocaran los penes entré sí, ya que Alex para
defenderse en dos ocasiones le agarró el pene y los testículos a Beto para que
este lo dejara tranquilo.
Mientras tanto, Diego, al ver que si no se
quitaba él por su propia cuenta los pantalones iba a suceder lo mismo, decidió
bajárselos junto con los calzoncillos, solo un poco, pero con eso bastaba para
ver que también su pene ya se encontraba duro y erguido.
Con tanta distracción nadie había puesto mayor
atención a la película que estábamos viendo por lo que Pepe, que también estaba
distraído con lo de mis primos continuaba tocando su pene aparentemente flácido
aun por fuera del calzoncillo.
-Te toca a ti cabrón- le dije
-¿Ah si? - Me preguntó – ¿y si no quiero? –
contestó él.
-Vamos a tener que sacártelo entonces – le
dije.
-Jajajaja, no creo que puedan – dijo Pepe.
Finalmente Raúl logró bajarle los pantalones
a Alex, dejando el pene erecto de este a la vista de todos.
A mi me daba un poco de vergüenza exponer la
idea a todos de quitarle el calzoncillo a Pepe, sin embargo no tuve que hacer
ya que Raúl, al ver que este era el único que quedaba con su pene tapado le
dijo:
-Ya we, sácatelo o te lo vamos a sacar.
-Sale, ¿tú y quién más? –le dijo Pepe en tono
irónico.
Mientras se dirigía a tratar de desnudar a su
amigo, Raúl con un gesto me pidió que lo ayudara y no fue necesario que lo
hiciera otra vez porque de inmediato comencé a forcejar con Pepe tratando de
detener sus manos mientras Raúl le quitaba el calzoncillo. A esto se sumó Beto
quien trababa de afirmar las piernas de Pepe. Finalmente también se unieron al
propósito Diego y Alejandro y entre todos tratamos de dejar desnudo a Pepe.
Recuerdo que esa fue la escena más excitante de
toda la noche, estábamos casi todos, excepto Diego con nuestros penes parados al
aire. Y obviamente en aquella "lucha" contra Pepe, nuestros cuerpos y
nuestros penes se tocaban, Yo sentí en varias ocasiones como el pene de Raúl y
el de Alejandro se apoyaban en mis muslos o golpeaban mis manos. Diego, durante
la "batalla" aprovechaba para agarrarnos de los testículos y los
tiraba con fuerza todo con el solo fin de molestarnos. Yo solo tenía ganas de
ver el pene de Pepe en su estado natural.
-Ya we, te vamos a hacer un
"chifle" si no te sacas el calzoncillo – le dijo Raúl mientras
forcejeaba con Pepe
["chifle" es el apelativo de una
típica broma que suele hacerse entre los hombres adolescentes, por lo menos acá
en México, y que consiste en agarrarle el pene a un amigo, apretárselo fuerte y
no soltárselo hasta que este logre silbar o "chiflar".]
En ese momento la finalidad de la
"lucha" cambió y tomó como objetivo apretarle la verga a Pepe. Este,
entendiendo nuestra nueva intención, también decidió defenderse del mismo modo
y mientras se tapaba el pene con una mano, con la otra trataba de dar apretones
a cualquier pene que tuviese cerca. Hubo un momento demasiado excitante para mi
entre tanto forcejeo: pude tomar con mi mano derecha el pene de Pepe por sobre
sus calzoncillos y comenzar a apretárselo paulatinamente. Su pene aún estaba
flácido y la sensación que sentí al apretar un pene tan grande y grueso estando
en ese estado fue increíble. Su glande, tal como había logrado ver
anteriormente, era grueso y cabezón y pude tocarlo, aún estando en estado
"de reposo", lo que aumentaba aun más mi morbo. Mi pene obviamente no
aguantó y comenzó a ponerse duro, pero como estábamos viendo la película porno
y como ya nos habíamos visto los penes erectos, no sentí tanta vergüenza al
respecto y continué con mi excitante labor.
Pepe instintivamente se defendió de la misma
forma y sin saber quién le estaba apretando su pene agarró con sus manos el
pene de Beto y el de Alex.
-Ya cabrones, suéltenme – dijo Pepe.
-Ya we, pero no aprietes tan fuerte pues – le
dijo a Beto.
-Yo no te tengo agarrado- le dijo el Beto
Todos se dieron cuenta de que era yo quién estaba
apretando el pene de Pepe y el Raúl aprovechó ese instante para bajarle de un
tirón el calzoncillo, por lo que yo tuve que soltarlo. Inmediatamente Pepe
soltó los penes de mis primos, pero en vez de quedarse tranquilo, y en busca de
"venganza" se dio vuelta y agarró el mio, apretándolo fuertemente y
diciendo:
-Ya cabrón, chifla.
Yo entre quejas, risas y forcejeo para
liberarme, trataba de silbar para que dejara de apretarme tan fuerte, aunque en
realidad estaba disfrutando mucho esa sensación de sentir que otro wey estaba
agarrándome el pene sin ningún tipo de pudor; de aquí surgió mi firme
convicción, vicio y pasión por la paja, chaqueta, manuela, o como quiera que la
conozcan a ese arte de la “masturbación”...